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Diversión/ Joy

El gusto de aprender/ Learning by having fun



(scroll down for English, after the picture)



Diversión


Hace poco Julia y yo probamos el surf por primera vez. Siempre me ha atraído la buena energía de la gente que hace surf pero me sentía un poco escéptico respecto a mis habilidades. A fin de cuentas yo soy de secano, como dicen en mi pueblo. Tras los estiramientos y la explicación teórica de los movimientos sobre la tabla varada en la arena, tocó enfundarse la camiseta de licra y saltar al mar. El instructor orientó nuestras tablas de forma que las olas rompieran a nuestra espalda, lo cual te deja en una situación de vulnerabilidad. No sabes muy bien qué esperar. Cuando él veía una ola de un tamaño y forma adecuada para mi (escaso) nivel, soltaba mi tabla y gritaba “¡arriba!” Ahí es cuando tenía que ejecutar todos los movimientos que habíamos ensayado en la arena, pero sobre el agua y en una fracción del tiempo. En mi caso, los veinte primeros intentos, si no es que más, acabaron en chapuzones de todas las formas imaginables. Y después de cada caída, tocaba volverse a subir a la tabla y nadar de vuelta hacia la ubicación del instructor. Mientras regresaba pensé en lo divertido que es aprender algo nuevo. Estaba física y mentalmente inmerso en una nueva experiencia, probando algo que nunca había hecho y superando mis limitaciones. Se sentía de nuevo como aprender a montar en bici o a tocar un instrumento.


Tradicionalmente se ha asociado el aprendizaje de nuevas destrezas con la niñez. “Los/as niños/as son como esponjas, lo absorben todo muy rápido”. Y es cierto, pero parece que no tiene que ver tanto con la supuesta plasticidad del cerebro (investigaciones más recientes hablan de que distintas capacidades cognitivas aumentan o disminuyen en distintas edades) sino con su capacidad de dedicarse a la tarea plenamente, con paciencia, en un contexto que incita al aprendizaje y con el hábito de aprender varias destrezas simultáneamente. Y es que a las personas adultas nos cuesta más pasar por la etapa de la exploración, de la prueba y el error, puesto que muchas veces ya traemos una preconcepción del resultado final. Justo ayer escuchaba a alguien practicando con el violín cerca de mi casa. Estaba tocando la banda sonora de Piratas del Caribe. Todavía recuerdo cuando estaba estudiando música y, tras años de teoría y de sólo poder soplar en la embocadura del instrumento, recibí el saxofón en mi casa. No podía parar de tocar, de probar cosas, de intentar aprender canciones de películas, a todas horas. Era pura diversión. Cuando practico el saxofón ahora, a veces me sorprendo a mí mismo preocupado por si alguien pasando por la calle estará juzgándome por los errores que cometo. Un enfoque muy diferente.


El aprendizaje y la diversión pueden y deben ir de la mano. La clase de surf me dejó pensando en todas las oportunidades en que la educación podría convertirse en algo más divertido y enriquecedor. No podía evitar pensar en la asignatura de obras marítimas en la carrera de ingeniería, donde el profesor llenaba pizarras y pizarras de ecuaciones para (intentar) explicar cómo se comportan las olas y así poder diseñar diques y proteger playas. ¿No sería posible alternar una sesión de pizarrón con una clase de surf, o al menos una visita a la playa, o al menos un vídeo de alguien surfeando? Lo mismo con el cálculo de estructuras, ¿alternar las ecuaciones diferenciales con el diseño de puentes usando palillos? La lista continúa, y seguro que tú puedes crear la tuya propia. La primera vez que me di cuenta de que otra forma de aprendizaje era posible fue en Holanda. Fue en una asignatura que trataba temas de inundaciones, roturas de diques y bombeos. Tras explicarnos en clase las formas en que un dique puede romper y sus ecuaciones, el profesor llevó a toda la clase a pasar un día entero “jugando” con tierra y agua. Nos entregó a todos/as unas botas de goma que nos llegaban hasta el pecho, y nos puso a construir diques a escala reducida, para luego abrir unas compuertas e inundarlos para observar las distintas formas de rotura. Seguramente fue la clase más memorable de toda mi universidad. Desde entonces en mi lista de proyectos para el futuro está el crear una universidad donde todas las clases tengan un componente lúdico y práctico. Quizás debería empezar a recoger fondos para ello.


En cierto modo, el aprendizaje de una nueva actividad conlleva un acto de perder el control, de dejarse llevar hacia lo desconocido. Y eso es precisamente lo que lo hace difícil y apasionante al mismo tiempo. El músico Brian Eno dice que la cultura occidental venera el control, y que hemos olvidado el placer de dejarse llevar, de experimentar algo que no podemos liderar. Como en el surf, quizás la clave sea alternar momentos en los que controlar la situación con otros en los que dejarse llevar por el oleaje.



Y tú, ¿qué estás aprendiendo ahora?



Saludos,


Jose


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Vuestras respuestas (editadas) al boletín anterior, Colectivo:


Luis (Edinburgo):

Pero ¿no faltan adjetivos para definir qué tipos de experiencias? Tu pregunta incómoda me hizo pensar en la frase ya mítica de Margaret Thatcher: “Y, ya sabes, la sociedad no existe. Hay individuos, hombres y mujeres, y hay familias” Luego seguía: “Y ningún gobierno puede hacer nada excepto a través de la gente, y la gente debe preocuparse de sí mismos primero. Es nuestra obligación preocuparnos de nosotros mismos, y después, también de nuestros/as vecinos/as.”

¿Conclusión?: ¿Lo colectivo también se aprende?


Carlos (Barcelona): Te paso un artículo de un amigo y colaborador nuestro sobre la vida colectiva en las ciudades. https://ciudadesquecaminan.org/blog/panorama/las-calles-al-servicio-de-la-vitalidad-urbana/





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(Español más arriba)



Joy

Not long ago Julia and tried surfing for the first time. I have always been attracted by the good vibes of the surfers but I was a bit skeptical about my capabilities. In the end, I am from inland, as they say in my town. After stretching and a theoretical explanation of the main movements above the board on the sand, it was time to wear the lycra shirt and dive into the sea. The instructor rotated our boards in a way that the waves would break in our backs, which puts you in a vulnerable position. You do not really know what to expect. When he saw a wave within the size and shape compatible with my (really low) skills, he released my board and yelled “up!”. And that was when I had to execute all the movements that we had tried on the sand, but now on the water and much faster. In my case, the first twenty attempts, or even more, ended up with me underwater in any imaginable way. And after every fall, I had to get back on the board and swim back towards his position. While I was swimming back I thought about how joyful is to learn something new. I was physically and mentally immersed in a new experience, trying something out for the first time and overcoming my own limitations. It felt again like learning how to ride a bike or play an instrument.


Learning new skills has traditionally been associated with childhood. “Children are like sponges, they absorb everything really fast”, they say in Spanish. And it is true, but it looks like it has little to do with brain plasticity (recent research shows that different cognitive capabilities peak at different ages) but with their ability to fully commit to learning, being patient, in a supportive environment and by learning multiple skills simultaneously. Adults have a harder time going through the exploration stage, the trial and error, because we sometimes already bring a result in mind. Just yesterday I overheard someone practicing violin close to home. They were playing the Pirates of the Caribbean soundtrack. I still remember when I studied music, and, after years of theory and blowing just through the instrument’s mouthpiece, I received the full saxophone at home. I could not stop playing, trying things out, learning soundtracks, all the time. Pure joy. When I practice nowadays, I sometimes find myself concerned about someone passing by and listening to my mistakes. A very different approach.


Learning and joy can and must go hand in hand. The surf lesson made me think about all the opportunities in which education could become something more fun and richer. I could not avoid thinking about a course I took at university on maritime structures. The professor would spend the class filling blackboards and blackboards of equations to (try to) explain how waves propagate and design breakwaters and protect beaches according to that. Would not it be possible to combine a blackboard session with a surf class? Or at least with a beach site visit? Or at least a video of someone surfing? The same applies to structural engineering, alternating differential equations with the construction of bridge models using sticks? The list goes on, and I am sure you can make your own. When I went to study in the Netherlands I realized for the first time that there was another way to learn. I enrolled in a course about flooding, levees and pumps. After explaining in class all the different ways in which a levy can break and the associated equations, the professor brought us to spend a full day playing with dirt and water. He gave us fishing rubber boots and asked us to build small levees, to then open the floodgates to observe how they broke. It surely was the most memorable class I had at university. Since then, my to-do list includes establishing a university where all the courses have playful and practical sessions. I should start fundraising for it.


In a way, learning something new entails losing control, surrendering towards the unknown. And that precisely makes it hard and fascinating at the same time. Brian Eno, the musician, says that western culture praises control, and that we have forgotten the pleasure of being carried, of experiencing something bigger than us. Like in surfing, maybe it is key to combine moments of control with moments of being carried by the waves.



And you, what are you learning now?



Take care,


Jose


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Your (edited) responses to the previous newsletter, Collective:


Luis (Edinburgo):

But, are not we lacking adjectives to define what kinds of experiences? Your uncomfortable question made me think of the famous quote by Margaret Thatcher: “And, you know, there's no such thing as society. There are individual men and women and there are families.” And then she added: “And no government can do anything except through people, and people must look after themselves first. It is our duty to look after ourselves and then, also, to look after our neighbours.”

Conclusion?: The collective is also learned?


Carlos (Barcelona): I am sharing an article by a friend and collaborator on the collective life in cities. https://ciudadesquecaminan.org/blog/panorama/las-calles-al-servicio-de-la-vitalidad-urbana/


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